La voluntad y el hacer
Después de la clase de manualidades Waldorf… desafiando la tecnología jajaja
Qué maravilla es crear con las manos.
Hoy en día es tan importante que las infancias tengan imágenes de adultos “haciendo”
Sí, además de pensar, decir, desear, imaginar… HACER
El mundo se ha vuelto un espacio donde todo cada vez es más inteligente y el humano más inútil ¿Han visto las máquinas que hacen pizza? O sea, gráficamente a alguien se le ocurrió que sería buena idea (y claro más ganancia) poner una máquina y reemplazar al humano, pero ¿Y qué pasa cuando las máquinas empiezan a desplazarnos en estas laboras diarias? en hacernos la vida “más fácil” más instantánea, más exprés, más pre-hecha
La voluntad, el fuego interno, el calor que nos da la vida, esa energía que nos impulsa hacia adelante se nutre y se desarrolla en el hacer.
En el primer septenio esa facultad se desarrolla, una voluntad activa, imágenes de humanos haciendo, cocinando, tejiendo, cociendo, pintando, cortando madera, podando el césped, haciendo el huerto, barriendo y aseando la casa, es un alimento que colabora en crecer la voluntad, tener imágenes a imitar.
A las pantallas y tanta tecnología les hemos permitido arrebatarnos esa voluntad, los niños cada vez más apáticos al juego, ya no saben jugar, no se les “ocurre” nada, vemos ahora a adolescentes en los parques sentados cada uno frente a su pantalla, no saben que les gusta, ni que les interesa, tal vez serán “tik tokers”
Ese cambio no está en exigir que se pongan a hacer algo y quejarnos de lo que no hacen, está en nosotros convertimos en las imágenes que puedan imitar, que los inspire a querer alcanzar virtudes, sueños y anhelos del alma.
Y eso, no, no se logra pagando la universidad más cara, eso se nutre en los primeros años de vida, teniendo adultos que imitar, adultos a quien admirar y respetar, esa semilla quedará sembrada y un día de gran sol, florecerá y dará sus frutos… dulces frutos.